miércoles, 11 de junio de 2014

Acuerdo por el Sector de las Artes y la Cultura

A continuación transcribo el Acuerdo por el Sector de las Artes y la Cultura suscrito por el Presidente Juan Manuel Santos y más de 200 líderes del Sector, el pasado 10 de junio:

ACUERDO DE COMPROMISOS ENTRE LAS ORGANIZACIONES DE ARTISTAS Y GESTORES CULTURALES CON EL CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA – DR. JUAN MANUEL SANTOS CALDERÓN – PARA FORTALECER EL SECTOR DE LAS ARTES Y LA CULTURA, POSICIONARLO COMO GENERADOR DE RIQUEZA, PILAR DE TRANSFORMACIÓN DE LA SOCIEDAD DEL POSTCONFLICTO E INSTRUMENTO DE CONSOLIDACIÓN DE UNA PAZ DURADERA

Con la firma del presente documento las organizaciones de artistas y gestores culturales (en adelante los “Artistas”, el “Sector de las Artes y la Cultura” o el “Sector”), por una parte; y el Doctor Juan Manuel Santos Calderón, como candidato a la Presidencia de la República (en adelante el “Candidato”), por otra, suscribimos este acuerdo de compromisos (en adelante el “Acuerdo”), previas las siguientes consideraciones:

CONSIDERACIONES:

PRIMERO. Los Artistas colombianos tienen como principal objetivo fortalecer el sector cultural en Colombia, convirtiéndolo en una opción de sustento económico digno y hacer del desarrollo de las artes y la cultura una herramienta de transformación y cohesión social en un escenario de postconflicto y paz duradera.

SEGUNDO. El Candidato comparte la visión de los Artistas sobre el importante rol que deberá cumplir el Sector de las Artes y la Cultura durante los próximos años como instrumento de reconciliación y construcción de nación.

TERCERO. El Doctor Juan Manuel Santos Calderón es el Candidato a la Presidencia de la República de los Partidos y Organizaciones que conforman la Unidad Nacional.

CUARTO. Ambas partes (en adelante las “Partes”) están interesadas en suscribir un Acuerdo programático que defina los compromisos que el Candidato deberá cumplir para el periodo 2014 – 2018 en caso de resultar electo como presidente de los colombianos.

QUINTO. Por medio de la suscripción de este Acuerdo, las Organizaciones expresan su interés y compromiso en apoyar la candidatura presidencial del Candidato para el periodo 2014-2018.

SEXTO. El Candidato reconoce que los Artistas son trabajadores de la cultura de relevancia nacional, por lo cual las políticas públicas e iniciativas de su interés deberán ser concertadas con sus líderes, organizaciones y miembros representantivos.




COMPROMISOS:

PRIMERO. APOYO AL CANDIDATO. Los Artistas abajo firmantes apoyamos decididamente la candidatura a la Presidencia de la República de Colombia del Doctor Juan Manuel Santos Calderón, periodo 2014 – 2018, por encontrar en su plan de gobierno planteamientos de trabajo acordes a los principios, fundamentos y objetivos de alcanzar la paz y de promover el desarrollo del Sector de las Artes y la Cultura.

SEGUNDO. REFORMAS LEGALES. El Candidato se compromete a impulsar la adopción de los instrumentos jurídicos necesarios para agrupar, fortalecer y mejorar las políticas, programas, planes y proyectos de apoyo al desarrollo y posicionamiento del Sector de las Artes y la Cultura.

Así mismo, el Candidato se compromete a evaluar la pertinencia de presentar un Proyecto de Ley Marco para el Artista ante el Congreso de la República, atendiendo a las recomendaciones hechas por el Sector.

TERCERO. INCREMENTO PRESUPUESTAL. El Candidato se compromete a incrementar de forma significativa los recursos para financiar al Sector de las Artes y la Cultura, elevando progresivamente el presupuesto del Ministerio de Cultura, empezando en 2015 y terminando en 2018, de forma concertada con el Sector.

CUARTO. ESPACIOS PÚBLICOS PARA EL SECTOR. El Candidato se compromete a impulsar la construcción, modernización y adecuación de espacios idóneos para promover la difusión de las prácticas artísticas y culturales, para lo cual trabajará de forma articulada con las entidades territoriales.

Dentro de estas medidas, el Candidato se compromete a fortalecer el Museo Nacional, por lo cual realizará los esfuerzos necesarios para lograr (i) la reubicación del Colegio Mayor de Cundinamarca, (ii) la construcción y adecuación de 20 mil mts. cuadrados en salas de exposición, (iii) la construcción y adecuación de 10 mil mts. cuadrados en espacio público y zonas verdes, y (iv) la construcción y adecuación de10 mil mts. cuadrados en parqueaderos.

QUINTO. BECAS DE CIRCULACIÓN ARTÍSTICA. El Candidato elevará a política pública y fortalecerá el proyecto de Becas de Circulación Artística a nivel nacional e internacional, de forma concertada con el Sector.

SEXTO. TURISMO CULTURAL Y ARTÍSTICO. El Candidato se compromete a impulsar una política pública de turismo cultural y artístico, la cual deberá establecer el plan de acción que permita potenciar la complementariedad entre el turismo, las prácticas artísticas y la cultura. Adicionalmente, el Candidato evaluará la conveniencia de adoptar reformas institucionales que permitan potenciar esa complementariedad.

SÉPTIMO. PROMOCIÓN DE ESPECTÁCULOS. El Candidato se compromete a fortalecer la política pública de espectáculos y a impulsar la generación de incentivos a las empresas o personas naturales que contraten Artistas nacionales.

OCTAVO. APOYO AL EMPRENDIMIENTO CULTURAL. El Candidato se compromete a crear microcréditos y subsidios para proyectos artísticas y culturales con contenido innovador o que contribuyan a la preservación y difusión de la cultura popular tradicional, dando prelación a las expresiones artísticas y culturales nacionales. Para ello, Bancóldex, INNPULSA y FONADE adoptarán estrategias conducentes al apoyo del Sector.

NOVENO. DIGNIFICACIÓN DE LA PROFESIÓN. El Candidato se compromete a adoptar las medidas necesarias para realizar un reconocimiento de los Artistas del país, teniendo en cuenta su formación empírica y académica, lo cual les generará derechos y deberes. Para ello deberá hacer un Censo Nacional Artístico.

DÉCIMO. POLÍTICA DE CULTURA VIVA COMUNITARIA. El Candidato se compromete a replicar en las principales ciudades del país la Política de Cultura Viva Comunitaria. Esta iniciativa permitirá fortalecer los procesos e iniciativas de tipo comunitario que aporten a la construcción de país en medio del postconflicto, que contribuyan a fortalecer la descentralización de los entes territoriales y que ayuden a crear una cultura de manejo efectivo de los recursos.

DÉCIMO PRIMERO. REFORMA A LA ESTAMPILLA PROCULTURA. El Candidato se compromete a promover los cambios jurídicos necesarios para garantizar un uso más efectivo de los recursos provenientes de la estampilla procultura, de forma concertada con los líderes, organizaciones y miembros representantivos del Sector.

DÉCIMO SEGUNDO. FORTALECIMIENTO DE LA CAPACIDAD DE GESTIÓN DEL SECTOR. El Candidato se compromete a adoptar las medidas necesarias para garantizar la idoneidad de los funcionarios del Sector; a fortalecer la formación de funcionarios y gestores culturales del sector público y privado; a fortalecer la descentralización y regionalización de la política pública de las artes y la cultura; y a mejorar los salarios de los funcionarios del Sector.

DÉCIMO TERCERO. RÉGIMEN DE CONTRATACIÓN. El Candidato se compromete a flexibilizar los requisitos de contratación de artistas nacionales con entes públicos y a promover estrategias de contratación transparentes, que permitan un acceso real y democrático a los recursos públicos destinados al Sector de las Arte y la Cultura por parte de sus actores.

DÉCIMO CUARTO. PLAN NACIONAL DE ARTE PARA LA CONVIVENCIA. El Candidato se compromete con la construcción del Plan Nacional de las Artes y la Cultura para la Convivencia, el cual pretende consolidar el arte y la cultura como eje transversal de transformación del país y como estrategia para la reconciliación en el periodo del postconflicto.

DÉCIMO QUINTO. CONDICIONES LABORALES Y DE CALIDAD DE VIDA. El Candidato se compromete a impulsar la adopción de los instrumentos jurídicos necesarios para mejorar las condiciones laborales y sociales de las personas del Sector. Lo anterior incluye la adopción de medidas que aseguren la vida digna de nuestros Artistas; y las medidas para proporcionarle a los Artistas mejoras sustanciales en materia de acceso a la salud, educación, recreación, pensión, vivienda, bienes y servicios, a una remuneración justa y a aseguramiento para enfermedades graves y casos de muerte.

DÉCIMO SEXTO. CONSERVACIÓN DE LA CULTURA TRADICIONAL. El Candidato se compromete con la protección y la trasmisión de la cultura tradicional y popular, por medio de la creación de premios, incentivos y políticas de apoyo integral para las expresiones artísticas y culturales propias de nuestro país, y a través de un mayor compromiso con el cumplimiento de la normativa vigente, particularmente aquella relacionada con las cuotas de difusión en medios masivos de comunicación.

DÉCIMO SÉPTIMO. FORMACIÓN. El Candidato se compromete a impulsar la formación y cualificación de los Artistas en todos los niveles, incluyendo cursos complementarios, técnicos y tecnológicos del SENA; a consolidar las escuelas de música, danza, artes escénicas y otras expresiones artísticas en todos los municipios, con una proyección de 500 mil niños beneficiados; a brindar apoyo a través de becas completas para estudios superiores en artes y cultura en universidades nacionales e internacionales; a realizar la inversión necesaria para la compra de instrumentos y dotación para las prácticas artísticas y culturales, y la construcción o adaptación de espacios para la formación artística en los colegios; a impulsar la reducción de los impuestos a los instrumentos; y a impulsar programas pedagógicos que tengan como eje transversal el desarrollo de la creatividad artística y cultural, tanto de alumnos como de docentes, para lo cual promoverá la enseñanza de las artes y la cultura en las instituciones educativas en desarrollo de la política de jornada única.

DÉCIMO OCTAVO. PLAN NACIONAL DE DESARROLLO. Los anteriores compromisos se verán reflejados en el Plan Nacional de Desarrollo.


SIGUEN FIRMAS:

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jueves, 29 de mayo de 2014

¡NO SE DEJE METER CUENTOS! ACÁ LE EXPLICAMOS EN QUÉ CONSISTE EL PROCESO DE PAZ

¿Qué es un proceso de paz?

Un proceso de paz es un ejercicio de diálogo en el que participan dos o más personas o grupos de personas que han estado confrontadas de forma violenta. En ese proceso las partes buscan acuerdos y compromisos que les permitan convivir otra vez de forma tranquila y superar la situación de conflicto entre ellas.

¿Por qué son buenos los procesos de paz?

Los procesos de paz buscan ponerle fin a la violencia y la guerra. Terminar la guerra siempre será deseable debido a que ella sólo genera muertes, daños a la integridad de las personas, a las casas, a los puentes, las vías y las escuelas.  La guerra sólo genera subdesarrollo y pobreza.

Además, la guerra hace que las partes que pelean entre sí utilicen la mayor parte de sus recursos, su inteligencia y su tiempo en derrotar a su oponente, en lugar de invertir todas esas cosas para promover el bienestar común, para lograr el progreso y la felicidad de todos.

¿En qué consiste el proceso de paz de Colombia, quiénes son sus partes, qué se está negociando y cómo va esa negociación?

El proceso de paz de Colombia es el proceso de diálogo entre el Gobierno nacional, por un lado, y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la guerrilla más antigua del mundo (la cual cumplió 50 años el 28 de mayo de este año), por el otro.  Con ese proceso de paz las dos partes buscan ponerle fin a medio siglo de conflicto armado.

El proceso de paz va por muy buen camino. Empezando el proceso de paz,  ambas partes acordaron negociar 6 puntos en total, de los cuales el Gobierno y las FARC ya lograron llegar a tres acuerdos muy importantes. Esos acuerdos tienen relación con tres cosas:

Primero, definen unos compromisos para que el país pueda desarrollar el campo a su mayor potencial y mejorar las condiciones de vida de los campesinos. Segundo, definen otros compromisos para que el país sea más democrático y que todas las fuerzas sociales puedan participar en la toma de decisiones de interés público. Y tercero, define unos compromisos para luchar contra el narcotráfico y los cultivos ilícitos, incluyendo la decisión de las FARC de poner fin a cualquier relación que tenga con este fenómeno.

Eso significa que ya pasamos la línea media y quedan solo tres puntos por discutir en el proceso de paz para poder terminar la guerra.  El primero de ellos busca acordar los compromisos para reparar a las víctimas y esclarecer la verdad de los hechos ocurridos durante el conflicto armado. El segundo se refiere a las condiciones de desmovilización y dejación de las armas por parte de las FARC.  El tercero y último tiene relación con la forma en que todos los colombianos deben aprobar o rechazar el acuerdo a que se llegue, y con su implementación.

¿Si los procesos de paz son buenos, por qué varias personas se oponen al proceso de paz con las FARC?

Hay personas que se oponen por diferentes razones. Un primer grupo de personas se opone al proceso de paz porque no les conviene terminar la guerra. Esas personas se benefician de la guerra.  Gracias a ella adquieren tierras o despojan a sus propietarios; otros ganan poder político gracias al miedo que la guerra genera, y otras reciben muchos recursos que utilizan en beneficio propio.

Un segundo grupo de personas se opone al proceso de paz porque tiene miedo de que los acuerdos alcanzados sean excesivos y vayan en contra de sus intereses. Lo cierto es que los acuerdos –como se ha visto en los tres primeros puntos– lo que plantean son programas y reformas a favor del país y de la población más vulnerable. Además, todos los acuerdos deberán ser avalados por la ciudadanía. Eso significa que después de que el gobierno y las FARC lleguen a acuerdos en los 3 puntos pendientes, todos los colombianos tendremos la oportunidad de aprobar o rechazar esos acuerdos.

Un último grupo de personas se opone porque dice que no es posible negociar con un grupo guerrillero que sigue cometiendo actos violentos. Lo cierto es que la mayoría de los procesos de paz que han sido exitosos se han negociado en medio de la guerra. Es la única forma de poner presión sobre la guerrilla, sin que se fortalezca estratégicamente mientras dialoga.

¿Quiénes serán los ganadores con el proceso de paz?

Al contrario de lo que algunos creen, no serán las FARC los grandes ganadores del proceso de paz. Los principales ganadores serán todos los colombianos.  ¿Por qué?

Porque los acuerdos a los que han llegado y seguirán llegando el Gobierno y las FARC buscan mejorar las condiciones de vida de todos los colombianos y no las de los miembros de la guerrilla.

Esos compromisos permitirán que el Gobierno invierta más recursos para el desarrollo del campo y el bienestar de todos los campesinos. También permitirán fortalecer nuestra democracia, con condiciones ideales para que todas las fuerzas políticas compitan en igualdad de condiciones.

Además, le permitirán a Colombia invertir toda su energía y sus recursos en darles oportunidades a todos los ciudadanos, en promover el acceso a la vivienda y agua potable de quienes lo necesitan, y en asegurar que todos los colombianos puedan tener la mejor educación posible y una atención en salud oportuna y de calidad.

¿Es verdad que los guerrilleros de las FARC no van a ser castigados por todas las cosas malas que hicieron? ¿Es verdad que habrá impunidad?

Eso no es verdad. Los guerrilleros de las FARC deben responder por los delitos graves que hayan cometido, con las normas que se definan a lo largo del proceso de paz. No habrá impunidad para los crímenes de lesa humanidad y los crímenes de guerra cometidos de forma sistemática, y a eso nos obligan los tratados internacionales.

No hay que olvidar que el acuerdo final será presentado a todos los colombianos, quienes tendrán la última palabra.

@camiloencisov




sábado, 22 de marzo de 2014

La involución del alcalde

Gustavo Petro ha sido un hombre valioso para la democracia colombiana. Tras abandonar las armas se comprometió con la paz y le cumplió al país la promesa de integrarse a la lucha política y a la sociedad civil. Demostró que la reconciliación es posible.

En la época en que el Congreso estaba conformado en más de un 40% por políticos apoyados por el paramilitarismo, delató con vehemencia la presunta relación de Álvaro Uribe con las CONVIVIR, los paramilitares y el narcotráfico. Gracias a sus investigaciones tuvimos mejores elementos de juicio para concluir qué tipo de Presidente había elegido Colombia.

Después Petro denunció el carrusel de la contratación de Samuel Moreno y algunos de sus compañeros de partido político de aquel entonces. También denunció el silencio cómplice del Senador Jorge Robledo y las directivas de su partido. Gracias a su denuncia en este frente tuvimos mejores elementos de juicio para concluir qué tipo de partido era el Polo.

En suma, Petro siempre defendió banderas importantes, se reconcilió con el país y la vida, y luchó con vehemencia contra la corrupción. Se hizo merecedor de aplausos y muestras de gratitud de todos los colombianos – entre los cuales me incluyo – por esas acciones, así como por algunos de sus logros a la cabeza de Bogotá, incluyendo la reducción de homicidios, el reconocimiento del derecho a un mínimo vital gratuito de agua potable o la prohibición de las corridas de toros.

Tristemente, de ese hombre admirable queda poco. Petro terminó por hacer todo aquello que criticó y a lo que se opuso durante muchos años. Para empezar, después de haber denunciado durante largos lustros la mala administración pública, se convirtió en un pésimo administrador en su condición de alcalde, a pesar de algunos de los logros alcanzados bajo su liderazgo. Fue notaria su improvisación en muchos asuntos, así como su incapacidad para solucionar problemas de forma creativa y concertada.

La movilidad de Bogotá no podría ser peor, la infraestructura está hecha añicos, la sostenibilidad fiscal lograda tras un esfuerzo inmenso se fue por el caño, el problema del aseo de la ciudad sigue sin solución definitiva y no pudieron construirse miles de las viviendas gratuitas asignadas por el gobierno nacional para las familias más pobres.

Por si fuera poco, utilizó bienes y recursos públicos, tales como el Palacio Liévano y al Canal Capital en desarrollo de su lucha por trasladar al escenario de la política su oposición a un conjunto de decisiones de la Procuraduría y de la rama judicial, atacando a dichas instituciones bajo la acusación de estar dirigidas por “fascistas” y “oligarcas”, una acusación bastante irresponsable, igual de irresponsable a las acusaciones de quienes en años recientes tildaron a Petro de “guerrillero”.

Además, en lugar de ayudar a educar a la ciudadanía en los valores de la solidaridad, el respeto y la fraternidad, se encargó de educarla en los valores del desprecio, el odio y la lucha de clases. Se convirtió así en un remedo patético de seres que hasta entonces habían sido inferiores a él, como el Comandante Hugo Chávez y su heredero Nicolás Maduro.

Después de haber denunciado durante décadas el poder y la manipulación de los medios de comunicación, diseñó y puso en marcha uno de los mayores proyectos de manipulación mediática emprendidos jamás por nuestra clase política.

Durante los primeros meses de su gobierno, Canal Capital iba por buen camino, visibilizando problemas y  recuperando la memoria extraviada de los colombianos. Poco tiempo después, sin embargo, convirtió a ese canal público en el mayor instrumento de propaganda política de nuestra historia reciente.

De paso, el Director de Canal Capital, Hollman Morris, de periodista eminente y demócrata comprometido, pasó a ser un propagandista habilidoso al servicio de un hombre que fue inferior a su misión histórica y al encargo del pueblo que votó por él.

Finalmente, Petro usufructuó con éxito relativo el Sistema Interamericano de Derechos Humanos bajo el argumento de la violación al debido proceso y a sus derechos políticos por parte de las instancias que instruyeron el proceso disciplinario en su contra en Colombia.

La Comisión Interamericana, contrariando su propia doctrina que establece que el Sistema Interamericano no debe operar como una cuarta instancia sino como un sistema residual para la protección de los derechos humanos en los casos en que el Estado denunciado haya denegado el debido proceso o el acceso a la justicia, tomó una decisión que puso en entredicho la legitimidad de todo el Sistema.

En lugar de cumplir de forma ágil con su deber de revisar el cumplimiento de los requisitos que establece el sistema para determinar la admisibilidad de una petición, incluyendo el agotamiento de los recursos internos, decidió expedir una resolución de medidas cautelares que le evitó provisionalmente la obligación de pronunciarse de fondo sobre la admisibilidad del caso, el cual a todas luces no cumplía con los requisitos exigidos por el Sistema.

Si se hubiera pronunciado de fondo sobre la admisibilidad de la demanda - ¡y sí que tuvo tiempo para revisar si se cumplían o no los requisitos: más de 5 meses! – hubiera rechazado de plano la solicitud de Petro y sus abogados. En cambio, al disponer la adopción de medidas cautelares la Comisión sentó un precedente nefasto: cualquier persona o personas - ¡y en particular los políticos o autoridades públicas de cualquier país! - pueden acudir al sistema para pedir medidas cautelares cuando las autoridades judiciales, disciplinarias o fiscales de sus respectivas jurisdicciones, amenacen con destituirlos por la comisión de infracciones disciplinarias, fiscales o penales: una verdadera monstruosidad.

Con esa lamentable decisión, la Comisión pasó de ser una insigne defensora de última instancia de los derechos humanos más sagrados como la vida, la integridad, la libertad de expresión e incluso de derechos políticos, económicos, sociales y culturales, a convertirse en un actor político irresponsable, que intentó transgredir el derecho a la soberanía nacional, el Estado de Derecho y la división de poderes de Colombia.

No es la primera vez que un órgano de derechos humanos excede su competencia ni la primera vez que bajo el pretexto de la protección de los derechos humanos viola el principio de soberanía y de autodeterminación de los pueblos. La línea fronteriza entre las dos cosas es tenue, pero en casos como este la transgresión es evidente. La Comisión se volvió un cómplice activo de la marrullería jurídica de Petro para quedarse en el poder.

Ya veremos qué decisiones toma Petro en los próximos días. Ojalá que en lugar de convertirse en un enemigo adicional de la paz al lado de su otrora archienemigo Álvaro Uribe, utilice su inteligencia y capacidad de liderazgo para contribuir a la reconciliación nacional que el país necesita. Y ojalá que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos deje de intervenir en política, siga su propia jurisprudencia y vuelva a ser el instrumento valioso de protección de los derechos humanos que debe ser.